Pese a todo, no dejaré de tocar el violín...
Aficiones que enmascaran el dulce desequilibrio.
Ni yo dejaré de oir a Malikian
Esa vocación, más que una llamada de la selva es nuestra esperanza cuando estamos perdidos en ella.
Ni yo dejaré de escribir, a pesar de todo
Pese a todo, no dejaré de tocar el violín...
ResponderEliminarAficiones que enmascaran el dulce desequilibrio.
ResponderEliminarNi yo dejaré de oir a Malikian
ResponderEliminarEsa vocación, más que una llamada de la selva es nuestra esperanza cuando estamos perdidos en ella.
ResponderEliminarNi yo dejaré de escribir, a pesar de todo
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